CRITICAS - Enric Cormenzana

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CRITICAS

EXPOSICIONES > 1975 GALERIA TRECE
 
 

José Corredor-Matheos

 
 

A la aparición de un nuevo artista cabe preguntarse con que nuevo ámbito viene a enriquecernos. La respuesta no suele ser fácil, y en la mayor parte de los casos nos quedamos con una reserva que tardara algún tiempo en despejarse.

En el caso de Enric Cormenzana, el encuentro se produce pronto. El artista se planea el arte y la vida de manera radical, Los lienzos o dibujos pueden ser negros o blancos, no importa: importa más lo que suponen ambos colores de extremosidad. Q ue rechace el color o que nos los dé todos, en el crisol del blanco , no es, diríamos, la relevante. El significado es el mismo.

Este radicalismo, como ven, no impide que Cormenzana sepa llegar a extraordinario matices, adelgazándose por una vía sensible. Lo que busca, o le busca a él , es la desnudez. Podría llegar así a despojar el lienzo de toda materia y todo signo. De hecho alcanza este punto, conceptualmente, aunque luego, en ese vacío, vuelvan a aflorar ciertas cosa, y, sobre el propio negro: grises, carnes, rosa…. No siempre es así, y el problema que se planea lo sorprendemos en su punto crítico: el nudo que constituye el centro del cuadro: luego, lo que parecen restos del cuerpo humano, esparcidos: vísceras camino de la desmaterialización, con ansia de convertirse en formas puras del espíritu. Mientras, hay que ir dando mensajes, naturalmente cifrados, frases que empiezan a comunicarnos algo, con tal urgencia que la palabras se atropellan y el mensaje termina siendo el medio…



 
 
 
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